jueves, 24 de octubre de 2013

Diagnóstico del SIDA

Debido a que no existen unos síntomas iniciales que nos hagan sospechar de que una persona está infectada con el VIH, es necesario diagnosticarlo mediante una prueba serológica, llamada Prueba de Anticuerpos al VIH.
Si la persona da positivo en esta prueba, significa que está infectada con el virus, pero no que necesariamente haya desarrollado la enfermedad, ni que vaya a desarrollarla. Aunque la prueba de positivo, será necesario realizar una segunda prueba para confirmar la infección.
El diagnóstico precoz del VIH es de vital importancia, pues evita que puedan producirse nuevos contagios.

Existe un periodo de tiempo denominado periodo ventana, en el que, aunque una persona esté infectada, no es posible detectar los anticuerpos. Este periodo ventana ocurre entre el periodo en el que el virus entra en el organismo y el momento en el que se manifiestan los anticuerpos en la sangre de la persona, y suelen ser entre 4 y 8 semanas. Sin embargo, para mayor seguridad, es aconsejable realizar la prueba diagnóstica tres meses después de la práctica de riesgo.
En bebés infectados de madres seropositivas, habrá que esperar a que el sistema inmunológico del niño esté completamente desarrollado (entre 12 y 18 meses).

Técnicas de diagnóstico del VIH

Las técnicas que suelen utilizarse son técnicas inmunoencimáticas (EIA, ELISA) en una muestra de sangre. Si esta prueba da positiva, con la misma muestra de sangre extraída, se realiza el diagnóstico de confirmación. La prueba más empleada para este diagnóstico es el Western Blot.

Existen métodos de diagnóstico directos, que son el cultivo vírico, la determinación del antígeno p24 en plasma o suero y la demostración del genoma vírico mediante técnicas de biología molecular (PCR). Este tipo de pruebas se utilizan en situaciones especiales, como son:

  • Estudios de variabilidad genética
  • Diagnóstico de recién nacidos
  • Seguimiento de pacientes de VIH positivo.

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