La fibromialgia es una afección crónica de etiología desconocida, caracterizada por la presencia de dolor crónico musculoesquelético generalizado. Los músculos y sus fascias, así como los tendones, son extraordinariamente sensibles al dolor, aunque sólo los presionemos con los dedos. Además, se puede observar toda una serie de molestias asociadas, tales como fatiga crónica, agotamiento, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, problemas de percepción (por ejemplo, falta de sensibilidad u hormigueo), dolores articulares, problemas de memoria, dificultad para concentrarse. irritación del colon, sensación de hinchazón en las manos, elevada sensibilidad al frío.
El curso natural de la fibromialgia es crónico, con fluctuaciones en la intensidad de los síntomas a lo largo del tiempo. Por lo general, las molestias empeoran durante unos meses y a continuación se mantienen estables, dentro de una cierta gravedad, sin desaparecer nunca del todo. Casi todos los pacientes que padecen fibromialgia tienen que resignarse a vivir con una limitación de sus funciones corporales que podríamos definir como de grado medio.
La fibromialgia es una enfermedad difícil de diagnosticar. Las pruebas médicas más comunes como los análisis de sangre, las radiografías y resonancias no indican valores ni alteraciones fuera de lo normal. Actualmente no existe un método de diagnóstico específico por esta razón es muy difícil diagnosticar la fribromialgia.