martes, 29 de octubre de 2013

La psoriasis como enfermedad crónica

 Con motivo del Día Mundial de la Psoriasis 2013 queríamos aprovechar para hablaros de esta enfermedad crónica que sufre alrededor del 3% de la población mundial. Esto supone unos 125 millones de personas, y una tercio de ellas en grado de moderado a grave.







Artritis psoriásica

La artritis psoriásica es un tipo de inflamación que se produce en 15% de pacientes con psoriasis. Causa dolo, rigidez e hinchazón en las articulaciones. El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden evitar daños en las articulaciones y sin tratamiento puede ser incapacitante.
No se sabe sobre la causa exacta de esta enfermedad, pero sí que puede verse empeorada por factores como el estrés o otros problemas de salud.




Síntomas

  • Dolor e hinchazón de las articulaciones.
  • Dedos de manos y pies hinchados.
  • Rigidez y sensibilidad en las articulaciones.
  • Movimiento reducido en las articulaciones afectadas.
  • Cansancio matinal.
  • Inflamación donde el tendón se inserta en el hueso.

Diagnóstico

Se basa en los síntomas, inspección y radiografías para eliminar otro tipo de artritis. Se debe:
  • Revisar el historial médico. Por la relación con la psoriasis y la posibilidad de un origen genético.
  • Examinar piel, uñas y articulaciones.
  • Realizar TAC y radiografías de las articulaciones.
A continuación os dejo un vídeo en el que se describe la vivencia en primera persona de la artritis psoriásica.




Tipos de psoriasis

Hay cinco tipos principales de psoriasis conocidos hoy:











  • Psoriasis en placa. Es la variante más común y menos dañina de esta enfermedad. Alrededor de 8 de cada 10 personas que desarrollan psoriasis, va a ser de este tipo. En ocasiones es conocida también como psoriasis vulgar. Los principales síntomas son enrojecimientos de la piel con una placa blanquecina como cubierta de las heridas. Las zonas donde comúnmente aparecen las lesiones son en los codos, las rodillas, la parte baja de la espalda y el cuero cabelludo.
  • Psoriasis guttata o en gotas. Comienza de forma repentina en la infancia o adolescencia y representa tan solo el 2% de los casos de psoriasis. Aparece en forma de pequeñas manchas rojas o rosadas en la piel en tronco, brazos, muslos o cuero cabelludo. En ocasiones, conjuntamente puede desarrollarse faringitis o amigdalitis. 
  • Psoriasis inversa. Es el tipo de psoriasis que afecta a los pliegues de la piel, como los genitales, debajo de los senos o las axilas. Aparece como una lesión lisa, roja y brillante en la que no aparecen escamas. Puede empeorar con la sudoración y la fricción.
  • Psoriasis pustulosa. Es una de las variantes más dañinas y poco frecuente. Aparece en los adultos en forma de granos o pústulas llenas de pus rodeadas de piel enrojecida. Puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, pero suele hacerlo en manos y pies.
  • Psoriasis eritrodérmica. Es la menos común pero a la vez más grave, porque además es un tipo de psoriasis autoinmune. Causa enrojecimiento de todo el cuerpo y ardor en la piel, dando la sensación de sufrir quemaduras en esta. Produce picazón severa, ardor y descamación de la piel, aumento de la frecuencia cardíaca y cambio de la temperatura corporal. En ocasiones requiere hospitalización.                                                                                                                                                  

Tratamiento contra la psoriasis

Los tratamientos para la psoriasis pueden hacer desaparecer las lesiones u ocasionar una gran mejoría, pero no existe un tratamiento que logre una curación definitiva.

El objetivo del tratamiento es librar la piel de lesiones durante un periodo largo. Los medicamentos para la psoriasis lo consiguen reduciendo la inflamación y frenando la proliferación de los queratinocitos de la epidermis.
El tipo de tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad, el estilo de vida de la persona, las enfermedades que padezca el paciente y la edad. Existen tres tipos de tratamientos contra la psoriasis:

Tratamiento tópico: Son los medicamentos que se aplican directamente sobre la zona afectada de la piel, y suelen ser apropiados para las formas leves de sporiasis o para complementar otros tratamientos en las formas de psoriasis moderada y grave. En este grupo se encuentran los emolientes o hidratantes, los queratolíticos y las cremas, lociones, pomadas, geles y champús que contienen principios activos (corticosteroides, derivados de vitamina D y retrinoides).


Fototerapia: La luz ultravioleta artificial (rayos UVB y UVA), utilizada en la forma adecuada bajo control médico, se usa para tratar a los pacientes con psoriasis moderada y grave. Los UVB se utilizan solos, los rayos UVA deben usarse junto a la toma de un medicamento llamado psoraleno, que aumenta su eficacia. El psoraleno también se puede aplicar en baños. Este tipo de terapia combinada se denomina PUVA. El sol tambíen ayuda a mejorar las lesiones en el 90% de los afectados.

Tratamientos sistémicos: son los medicamentos que se administran por vía oral, subcutánea, intramuscular o intravenosa. Este tipo de medicamentos se suele prescribir en las formas moderadas y graves de la psoriasis.
Existe un amplio abanico de tratamientos. Aunque todos los tratamientos de la psoriasis son efectivos para mucha gente, ninguno lo es para todo el mundo, ya que la respuesta del tratamiento varía de una a otra persona. Por ello, es muy importante personalizar el tratamiento.
Además, los pacientes con psoriasis pueden ayudar a controlar su enfermedad con simples hábitos como vestirse con ropa de tejidos naturales (algodón), evitar ropa interior con costuras y eliminar las etiquetas. Los hábitos higiénicos deben ser los normales en cuanto a frecuencia pero mejor un baño que la ducha, porque hidrata más la piel. La piel en la psoriasis es seca y se descama, por eso también es muy importante aplicar cremas y lociones hidratantes con frecuencia.
No existe ningún hábito alimenticio que esté relacionado directamente con la aparición de psoriasis, pero si se sabe que la obesidad o sobrepeso provoca un empeoramiento de la enfermedad y es más dificil controlarla. Por otro lado, el alcohol tiene efectos negativos, por lo que se aconseja evitar su consumo.
Por último, es conveniente evitar situaciones personales que tengan efectos psicológicos y emocionales negativos, ya que el extrés, la ansiedad y la depresión inciden de forma negativa en el curso de la psoriasis.