Diagnóstico de la fibromialgia

La fibromialgia no puede ser diagnosticada a partir de pruebas y estudios objetivos, ya que los resultados de análisis de sangre, radiografías y biopsias musculares dan normales. Por ello el diagnostico se basa en un examen clínico de los síntomas del paciente. El resultado del examen físico general casi siempre es favorable y las personas tienen un aspecto saludable pero en un examen más cuidadoso de los músculos de estos pacientes se revelan zonas sensibles al tacto en lugares específicos llamados "puntos sensibles".

El Colegio Americano de Reumatología publicó unos criterios de clasificación que son utilizados para diagnosticar la fibromialgia y caracterizados por la presencia conjunta de 2 hechos:

• Anamnesis.

   Historia de dolor generalizado durante, al menos, tres meses que está presente en todas las áreas siguientes: lado derecho e izquierdo del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura y en el esqueleto axial. Se cumplen las condiciones de dolor generalizado si existe dolor en alguna región del esqueleto axial y en, al menos, tres de los cuatro cuadrantes corporales, o excepcionalmente, sólo dos si se trata de cuadrantes opuestos respecto a los 2 ejes de división corporal.

De acuerdo con el Documento de Consenso de la Sociedad Española de Reumatología, los síntomas fundamentales para el diagnostico de la fibromialgia son 5, siendo uno de ellos el dolor que va a compañado de rigidez matutina o posreposo, , alteraciones del sueño, fatiga y parestesias.

• Exploración

Dolor a la presión de, al menos, 11 de los 18 puntos que corresponden a áreas muy sensibles para estímulos mecánicos, es decir, con bajo umbral para el dolor mecánico.

El comité que los seleccionó determinó 74 puntos sensibles de los que eligieron  los 18 más frecuentes estadísticamente que corresponde a zonas donde existen un mayor número de receptores nociceptivos.

• Diagnóstico diferencial y de otros posibles procesos asociados.

Es conveniente realizar determinadas exploraciones complementarias con el fin de determinar la coexistencia de otros procesos asociados. La valoración debe incluir el hemograma, la bioquímica básica y los reactantes de la fase aguda.