El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson se hace generalmente gracias a las manifestaciones clínicas, pues no existe ningún marcador que la diagnostique.
Este diagnóstico puede ser de gran dificultad, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad, donde los síntomas pueden ser atribuidos a otros trastornos, produciéndose un diagnóstico erróneo.
Es importante realizar un exhaustivo interrogatorio para averiguar otras posibles causas de la enfermedad de Parkinson. En general, se puede realizar un diagnóstico bastante acertado de la EP si un paciente presenta al menos dos de los tres síntomas principales de la enfermedad: hipocinesia, temblor en reposo y rigidez. Tiene gran importancia el hecho de que el temblor sea en reposo y cese con el movimiento, ya que en otras patologías del Sistema Nervioso el temblor aparece únicamente al realizar un movimiento y no en reposo.
La exploración física y la historia familiar deben ser minuciosas, especialmente en aquellas familias en las que existen casos previos de Párkinson, porque esta enfermedad puede presentarse de forma hereditaria en un 5% de los casos. Es aquí donde se puede hacer un diagnóstico genético basado en un test para la secuenciación de los genes SPARK1, SPARK2 y SPARK4, aunque la alteración en estos genes no determina definitivamente que exista la enfermedad.
Además, el médico puede llevar a cabo diferentes pruebas de diagnóstico por imagen para la cabeza, como es la RMN (Resonancia Magnética Nuclear), para descartar otras posibles causas de los síntomas producidos, como puede ser la hidrocefalia, lesiones vasculares o tumores.
Este vídeo explica de manera más resumida y amena todos los puntos importantes a tener en cuenta acerca de la enfermedad de Párkinson. Para ver el vídeo, pincha aquí.
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