lunes, 4 de noviembre de 2013

Tratamiento para el Parkinson



El tratamiento para el párkinson pretende abordar uno o varios frentes terapéuticos, con el objetivo de elevar los niveles de dopamina en el núcleo estriado de los ganglios basales, ya sea aportando la dopamina que falta, mediante la administración de sustancias que activan los receptores de dopamina, o retrasando al máximo la degradación de la poca dopamina que quede en la zona.

La terapia para el párkinson no cura la enfermedad, pero está comprobado que la calidad de vida de los pacientes mejora sensiblemente cuando se adhieren al tratamiento y lo siguen regularmente. No obstante, aproximadamente un 5-10% de los enfermos no responderán de manera efectiva al tratamiento.






  • Tratamiento farmacológico 

Los medicamentos que disponemos en la actualidad alivian los síntomas de la enfermedad, pero no son curativos ni evitan su progresión. La mayoría de estos tiene como objetivo prioritario ayudar a mejorar la acción de la dopamina o potenciar su formación en el cerebro. El tratamiento de este conjunto de fármacos puede ser oral, dérmico, subcutáneo o intraduodenal. La levodopa ha sido, hasta ahora, el fármaco de primera elección.

Esta sustancia sustituye a la dopamina endógena, es decir, la que produce el propio organismo y de la que es deficitario el paciente parkisoniano, Se administra siempre junto a otro fármaco, la benseracida o la carbidopa, para aumentar su actividad y reducir sus efectos secundarios.
La efectividad de la levodopa se ve reducida con el paso de los años. Se calcula que a los 5 años de haberse iniciado el tratamiento con levodopa, en un porcentaje importante de pacientes (20-50%) se inician las llamadas fluctuaciones motoras caracterizadas por la existencia de determinados períodos de tiempo en los que la medicación está haciendo efecto, periodos On, con otros períodos durante los que la medicación no produce su efecto y recibe el nombre de periodos Off.

Existen otros fármacos antiparkisonianos que se administran como monoterapia, al inicio de la enfermedad, o en conjunto con la levodopa, para aumentar la cantidad de levodopa disponible como son: la amantadina, los agonistas dopaminérgicos, los inhibidores dopaminérgicos o los anticolinérgicos.

Saber más sobre el tratamiento farmacológico


  • Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico está indicado cuando los síntomas motores (temblor, discinesias, alteraciones de la marcha, rigidez, bradicinesia) no pueden ser mejorados suficientemente con el tratamiento farmacológico. Esta cirugía se realiza mediante una lesión (talamotomía o palidotomía), o bien con técnicas de estimulación profunda.

 Actualmente, las más utilizadas son las técnicas de estimulación que pueden reducir algunos de los síntomas asociados a la enfermedad. Esta terapia usa un dispositivo implantado que estimula eléctricamente el cerebro bloqueando las señales que causan los síntomas motores incapacitantes.

Un sistema DBS consta de tres componente implantados: 
- Electrodo implantado en el cerebro.
- Extensión que se conecta al electrodo y se conduce bajo la piel desde la cabeza al tórax superior pasando por el cuello.
- Neuroestimulador que se conecta a la extensión. Este dispositivo, similar a un marcapasos, genera los impulsos eléctricos  que se envían a través de la extensión y el electrodo hasta las áreas del cerebro y provocar la estimulación.




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