El principal síntoma de la hemofilia es el sangrado o hemorragia, pueden llegar a pasar inadvertidos hasta que se produce una ruptura o cirugía, o en casos más graves que puede darse el sangrado sin una causa previa. Derivadas de estas hemorragias van a darse otras manifestaciones clínicas.
Una de las manifestaciones secundarias más común es la hemoartrosis, deterioro de las articulaciones por hemorragias repetidas. Se produce por la ruptura de capilares en las membranas sinoviales, provocando una hemorragia continua, asociada a inflamación y dolor y limitando la capacidad de movimiento. Esto provoca que la membrana sinovial se dañe y deje de producir líquido sinovial, por esto la articulación se vuelve rígida y pierde estabilidad.
A parte de articulaciones también se manifiesta en ojos, garganta, cerebro, riñones, aparato digestivo y aparato genital.
Tipos
La hemofilia A o clásica es la ausencia del factor VIII de la coagulación sanguínea y tiene una incidencia de 85% de los casos.
La hemofilia B se produce por la deficiencia o ausencia del factor IX de la coagulación sanguínea y tiene una incidencia de 15%.
Las hemofilias A y B no se distinguen clínicamente sólo pueden distinguirse por exámenes de laboratorio.
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